Planificación Urbana en México: Entendiendo la Zonificación Primaria, Secundaria y Usos de Suelo

Durante la etapa de planeación y concepción de un desarrollo, antes de realizar inversiones en la adquisición de bancos de tierra o adquirir obligaciones con el propietario de un terreno, es necesario tener claridad sobre la zonificación que le corresponde y el uso de suelo que tiene conforme a los instrumentos de planeación urbana, a fin de tener certeza sobre la viabilidad jurídica y urbana del proyecto.

La Zonificación es un plan maestro que divide las ciudades en áreas específicas para diferentes propósitos. Las zonificación primaria delimita y distingue las áreas con fines urbanos de aquellas con fines no urbanos.

Las zonas con fines urbanos atienden a necesidades de usos habitacionales, comerciales e industriales, mientras que las zonas con fines no urbanos, están asociadas a actividades productivas del sector primario, como la agricultura o ganadería, así como a la protección ecológica.


La Zonificación Secundaria entra en más detalle y refina la distribución de usos de suelo en áreas específicas, determinando si, dentro de las zonas urbanizables, el suelo se destinará a usos habitacionales, comerciales, o de actividades industriales, teniendo en cuenta aspectos como densidad, altura de edificios y diseño urbano.


Los Usos de Suelo son la clave para determinar qué actividades pueden llevarse a cabo en cada zona. Por ejemplo, una zona residencial permitiría viviendas y áreas verdes, mientras que una zona industrial albergaría fábricas y almacenes.


Uno de los instrumentos de planeación urbana, consiste en una tabla de usos de suelo, que permite determinar, los giros a los que se puede destinar un terreno en función de la zonificación planeada. De esta manera, se puede determinar la factibilidad de destinar un terreno a determinada actividad, y obtener las especificaciones de las edificaciones que se pueden realizar.


Una Zonificación Primaria, Secundaria y una adecuada asignación de Usos de Suelo conllevan varios beneficios. Promueven un crecimiento ordenado, reducen la congestión del tráfico, preservan áreas verdes y mejoran la calidad de vida de los ciudadanos.


Al planificar nuestras ciudades de manera adecuada, estamos sentando las bases para una sociedad más equitativa y sostenible. La colaboración entre gobierno, comunidades y expertos es esencial para hacer realidad ciudades prósperas y equitativas para las generaciones venideras, procurando un enfoque en la calidad de vida y la armonía entre espacios urbanos y naturales.